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El coronavirus no afecta en la concertada

Ahora son las (no) ayudas por el coronavirus. Pero sucede sistemáticamente con las (no) ayudas para comedor y para transporte, con el (no) acceso a determinados programas educativos de apoyo y refuerzo, con (negarte) un ordenador o conexión si en el período de confinamiento no tenías acceso a ninguno de ellos para poder seguir la escolarización en igualdad de condiciones que los demás. Son algunos ejemplos de la discriminación a la que se somete a la enseñanza concertada. Los padres que ejercen su derecho a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos (garantizado por la Constitución), acaban convirtiéndose en ciudadanos de 2ª, simplemente por optar por un centro concertado en lugar de público.

Cuando se ha hecho tanta campaña con que este «virus lo paramos unidos», uno se queda helado al comprobar que en la reconstrucción del país, las comunidades educativas de los colegios concertados se van a quedar excluidas de las ayudas económicas. Sería bueno explicar cuáles son las razones de esta decisión, por ejemplo, a esos profesores y alumnos de Formación Profesional de varios de nuestros colegios, que en los días más crudos de la pandemia, acudían a las aulas a fabricar pantallas de protección o a colaborar en los talleres de mecánica en la fabricación de respiradores… pero que ahora quedarán fueran de las ayudas, simplemente porque sus colegios son centros concertados. Qué triste que tan pronto la invocada unidad se haya convertido en discriminación. Quienes nos conocen saben que en nuestros centros hay alumnos de todas las nacionalidades y hay familias de todos los estratos sociales y políticos; que somos expertos en recoger a chicos y chicas que tras un paso infructuoso por institutos de la ESO, vienen a nuestra FP Básica para empezar de nuevo y buscar un futuro en una salida profesional ya sea desde la mecánica, la electrónica o la estética personal. En nuestros colegios colaboramos con la administración educativa con aulas de integración preferente y desarrollamos nuestro proyecto educativo con quienes eligen nuestro centro siguiendo escrupulosamente las pautas públicas marcadas en los procesos de admisión. Tenemos colegios centenarios, nos hemos dejado el alma en la Formación Profesional y con errores y aciertos, como todos, hemos intentado educar a las clases populares. De no estar absolutamente dominados por la ideología, un buen gestor vería desde cualquier gobierno, sea cual sea su signo político, que nuestros centros concertados son un modelo en que salen ganando. La administración educativa ahorra por el injusto déficit crónico del concierto y sabe que cuenta con un proyecto educativo que ha sido elegido y refrendado cada año por las familias. Para nosotros el Colegio es nuestra casa y lo cuidamos como algo propio; implicamos a los alumnos y a las familias para que se involucren en el ambiente y en el proyecto educativo y por eso lo eligen año tras año. Esta pandemia nos ha golpeado a todos. Los profesores, trabajen en la red que trabajen, ellos, sin más adjetivos, han hecho un esfuerzo ímprobo para acompañar a los alumnos en unos meses muy complicados. Ahora que hay que mirar hacia adelante y ayudar a los centros educativos, se excluye a un gran número de familias de la sociedad española simplemente porque eligieron un centro concertado. Resulta triste y ciertamente no sé que definición de la tan usada palabra «igualdad» no han comprendido bien a la hora de tomar esta decisión.

02/07/2020

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